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Estimado Mentor,

Por varios años luego de ser puesto en libertad, solo hablé de mi encarcelamiento a un pequeño grupo de amistades. No me sentía seguro de hablar sobre ello. Quería proteger a mi familia, sabiendo que las personas que se enteraban de mi pasado podrían etiquetarnos negativamente y eso podría destrozarnos de raíz.

Aquellos de nosotros que hemos sido privados de la libertad no tenemos otra opción que abordar el tema en ciertos contextos, tales como al buscar empleo, buscar un lugar donde vivir o relacionarnos con los vecinos. Estas experiencias pueden desmotivarnos y humillarnos.

He oído a mentores de Crossroads y líderes de iglesias expresar una verdad muy honesta sobre sus iglesias: que hombres y mujeres anteriormente privados de su libertad no se sentirían bienvenidos allí.

No bienvenidos.

Si alguien escucha suficientes veces que no se le acepta o no tiene valor, eso puede destruir su autoestima. Eso lo hizo conmigo, y puede generar lo mismo en nuestros estudiantes. Luego de ser liberados, muchos que estaban privados de su libertad enfrentan dudas como:

¿Adónde pertenezco?

 ¿A quién le importo?

Es la función de la Iglesia decirles: “¡Pertenecen aquí! Nos importan. Y a Dios también.”

Con esto en mente, aquí compartimos algunos consejos al escribir cartas a sus estudiantes este mes:

  • Nuestra autoestima está, a veces, ligada a lo que dicen los demás de nosotros. Recuerde a sus estudiantes que nuestra verdadera identidad y valor se encuentran en lo que Dios dice de nosotros. “¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios!” (1 Juan 3:1).
  • Una de las acciones con mayor amor que usted puede hacer por sus estudiantes es ser vulnerable y honesto. Comparta su historia—lo bueno y lo malo. Abrir su corazón a ellos y recibirlos en su vida les muestra que a usted ellos le importan.

Me han dicho muchas veces que no aparento haber estado privado de mi libertad, y no sé exactamente qué quieren decir con eso. Cuando yo observo las prisiones, veo a hombres y mujeres que se parecen a mí. Veo personas quebrantadas, que tienen valor y validez pero que a menudo luchan con entender o creer eso. Me veo a mí mismo en cada uno de ellos.

Veo a nosotros.

Veo a personas que la Iglesia debería anhelar abrazar para que, como el cuerpo de Cristo, podamos levar las cargas los unos de los otros y edificarnos mutuamente (Gálatas 6:2).

Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?

 

Sirviendo junto con usted,

Douglas Cupery
Director de Movilización de Iglesias
Crossroads Ministerio Carcelario

 

NOTICIAS Y NOTAS

• Anticipamos recibir nuevas pautas este mes con respecto al distanciamiento social y las órdenes de quedarse en casa en todo el país. Continuaremos brindando actualizaciones sobre el estado del ministerio a medida que surjan.

• Nos gustaría ofrecer la oportunidad de que José Pichardo hable sobre Crossroads a su grupo de la iglesia a través de Zoom durante este tiempo que no podemos reunirnos en persona. Los grupos de ministerio de hombres o mujeres, los grupos de adultos de la escuela dominical o aún una reunión de amigos interesados brindarían una maravillosa oportunidad para compartir por qué y cómo servimos a hombres y mujeres privados de su libertad. Favor de enviar un correo electrónico a spanish@cpministries.org si desea organizar una reunión.

• Próxima llamada de mentores por medio de Zoom: ¡Puede participar en la próxima reunión de mentores a través de Zoom! Le enviaremos un recordatorio por correo electrónico un poco antes de la llamada.

Miércoles, el 17 de junio, a la 8:00 p.m. (zona horaria del este)

Favor de utilizar el siguiente enlace, ID de reunión y contraseña para todas las llamadas de Zoom.
Enlace: https://us02web.zoom.us/j/84182956475?pwd=QWs1OGlYZTZIejVOSkcyOEc5NW9SUT09
ID de reunión: 841 8295 6475

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